No conozco a nadie que afirme que el sistema educativo es maravilloso y que no hay que cambiarlo en nada. Pero sí conozco a demasiados que se niegan por principio a introducir tecnología en él, supongo que por miedo a «desvirtuarlo». ¿Cuáles son esas supuestas «virtudes» que pretenden proteger? ¿No llevamos ya suficiente tiempo comprobando los efectos de prácticamente no cambiar nada, o simplemente introducir tecnología sin cambiar para nada la metodología más que de manera cosmética? ¿No deberíamos cambiar de estrategia y dar la oportunidad a los que creen que se pueden introducir muchos elementos nuevos en la educación para intentar adaptarla al contexto tecnológico y al papel que esa tecnología juega en la sociedad?